Plus-Minus Engañado

El mito del plus-minus simple

No, un +12 no significa que tu jugador favorito sea una superestrella. Ese número está influido por compañeros, rivales y cambios tácticos. En mi experiencia analizando datos en una startup deportiva, muchos jugadores buenos son ocultados por métricas defectuosas.

El plus-minus parece sencillo: puntos diferenciados cuando el jugador está en pista. Pero la realidad es que premia tanto la suerte como el talento. Si juegas con Curry y Thompson, parecerás mejor. Si estás con suplentes, te irá mal—aunque hagas todo bien.

BPM: La verdad sobre el valor del jugador

Aquí entra BPM (Box Plus/Minus). No es solo otra estadística: es un modelo regresivo basado en 30+ años de datos NBA que elimina el ruido.

Mide cuánto contribuye cada jugador por cada 100 posesiones respecto al promedio liga. Un +5 significa que tu equipo gana 5 puntos más cada 100 jugadas que un jugador promedio. Un +10? Es elite—como Jordan.

No importa si jugaste con Harden o Russell. No importa el ritmo ni la calidad del equipo: todo se normaliza.

¿Cómo funciona realmente?

Piensa así: cada acción tiene valor.

• 1 asistencia ≈ +0.5 puntos netos (alguien anota)
• 1 rebote ofensivo ≈ +0.4 (mantienes posesión)
• 1 pérdida ≈ -0.7 (les das ventaja gratis)

Estos pesos no son suposiciones: vienen de patrones históricos reales que ganan partidos.

Luego se ajusta por contexto:

• Equipos rápidos como Golden State se reducen porque juegan más posesiones.
• Jugadores en equipos malos reciben un ligero aumento: ganar es más difícil cuando nadie más anota.

Por eso, jugadores como Jalen Brunson o Chris Paul tienen BPMs más altos de lo esperado: no necesitan estrellas para liderar; simplemente lo hacen consistentemente.

Por qué esto va más allá de los datos

Crecí viendo chicos en canchas de Chicago trabajar más duro que nadie en entrenamientos… pero nunca fueron descubiertos porque sus escuelas no tenían programas elite. Suena conocido? Lo mismo pasa en análisis deportivo: los sistemas favorecen quienes tienen números brillantes en equipos inflados. Pero BPM? Nivela el campo. Da crédito donde corresponde—incluso a jugadores secundarios que dominan defensivamente o recuperan rebotes sin titulares.

Y aquí va mi opinión caliente: si queremos equidad real en evaluar talento—la que ayuda a atletas ignorados a destacar—deberíamos dejar de confiar en plus-minus y empezar a usar modelos como BPM.

Conclusión: Las métricas deben servir a las personas, no solo a los números

No necesitas un doctorado para entender esto: solo hazte una pregunta:

“¿Esta métrica mide lo que realmente importa o solo lo que parece bueno en papel?” Así que la próxima vez alguien diga ‘tuvo +22 hoy’, detente y pregúntate: ¿Cuál fue su BPM? The respuesta podría sorprenderte… y quizás finalmente haga justicia a los héroes olvidados del baloncesto.