El mito que no muere

He pasado una década construyendo modelos predictivos para la NBA usando estadísticas avanzadas, así que cuando se trata de fútbol, confío más en los datos que en el hype. Pero incluso yo tuve que detenerme al escuchar a alguien decir que Diego Maradona era “sobrestimado”. No porque fuera malo, sino porque no estaban viendo el mismo partido.

Maradona no fue solo bueno en el Mundial 1986. Fue transformador. Ese torneo no es solo un resumen de goles; es un caso práctico sobre el impacto individual.

Los números no mienten (aunque deberían)

Permítanme ser claro: ninguna línea estadística puede capturar lo que hizo Maradona contra Inglaterra. Un gol—el “Mano de Dios”—fue polémico, sí. Pero el segundo? Una carrera solitaria de 60 metros a través de cinco defensores? Eso no es solo habilidad: es teatro con precisión física imposible.

En ese partido solo creó 7 ocasiones claras y completó un 92% de sus pases bajo presión. Para contexto: los mediocampistas modernos promedian ~85% bajo estrés similar.

Y esto no fue un momento aislado: fue parte de un patrón general durante todo el torneo.

Cuando el talento supera a los datos

Aquí es donde mi mente analítica se incomoda: algunos puristas de las estadísticas dicen que Maradona no “entregó” suficiente para Argentina más allá de ese año. Pero pregúntate: ¿cuántos jugadores han llevado a una nación hasta la Copa del Mundo como él?

Marcó 5 goles y dio 5 asistencias en seis partidos—no solo anotó, sino que generó caos a voluntad. Con Bélgica? Una masterclass en control del ritmo y visión.

Sí, perdieron la final ante Alemania Occidental—but only after sobrevivir tres partidos eliminatorios sin plan B excepto ‘Diego’.

¿Esa carga personal? Rara vez vista—even hoy.

Por qué juzgamos mal su legado (Spoiler: Es emocional)

Miren, estamos condicionados a creer que la grandeza debe ser cuantificable—and Maradona no cabía en ninguna caja. No existen métricas ESPN para drama, valentía o alma nacional.

Pero aquí está lo que dice la historia: cuando miras el rendimiento máximo bajo presión durante momentos clave—especialmente en escenarios mundiales—Maradona está entre los dos o tres mejores jamás.

¿Hay espacio para debate? Absolutamente. Pero llamarlo ‘sobrestimado’ no es debate: es negación.

No importa si lo amas o lo odias—no puedes ver esos clips y decir que no fue fútbol de nivel genial ejecutado bajo extrema presión.

La lección real: No subestimes la legendaria por sesgo

Como alguien formado para confiar en modelos más que en recuerdos, aún sé esto: algunas verdades viven no en hojas Excel, sino en momentos tan poderosos que reescriben la percepción para siempre.

Así que la próxima vez alguien diga que Maradona fue ‘solo afortunado’, pregúntales cuántas personas podrían ganarle a Inglaterra así y luego llevar a su país a su primer título importante desde 1978?

Si quieres entender realmente la grandeza futbolística, deja de preguntar primero por las estadísticas —y empieza a ver las grabaciones.