Holmgren vs Mobley: ¿Puede replicar?

El Paradoja del Draft: Un Año de Diferencia, Dos Gigantes

El elegido nº3 del año pasado, Evan Mobley, llegó a Cleveland como un terremoto estadístico. Este año, el nº6 Chet Holmgren entra en Oklahoma City con una silueta similar: brazos largos, protección defensiva elite y un instinto natural para el espacio. ¿Puede seguir la misma trayectoria?

No creo en el hype. Creo en hojas de cálculo.

ADN Defensivo: Mismo Plano?

Ambos miden 7’0” (213 cm) con envergadura que hace parecer a los escoltas como niños. Su valor no es solo bloqueos; es presencia — alteran tiros sin tocarlos.

Mobley promedió 1,8 tapones por partido como rookie defendiendo múltiples posiciones. No mal para quien no jugó en la universidad hasta su último año.

Chet tuvo 1,5 bpg en minutos limitados durante su temporada inicial — sólido para un jugador que jugó apenas 28 MPG.

Pero aquí surge la diferencia: Mobley defendió el 45% de los ataques, mientras que Chet limitó a los rivales al 40% de éxito cuando estaba en cancha.

No está mal para un pívot novato adaptándose al ritmo NBA.

Ofensa: Donde se Amplía la Brecha

Ahora viene la prueba real: eficiencia ofensiva.

Mobley logró 50/40/90 (tiro%, triples%, tiros libres) en su primera temporada completa — uno de solo cuatro rookies desde 2015 con ese récord. Chet aún no alcanza esos niveles… pero sí disparó 48% desde el campo, mejor que lo esperado para alguien tan alto y poco probado ofensivamente.

La diferencia está en movilidad frente a ritmo. Mobley se mueve fluidamente entre postes y pick-and-rolls gracias a sus pies pulidos y decisiones ganadas bajo Tony Blandford en USC — sistema que enfatizaba espacio y toma de decisiones bajo presión. Chet tiene más herramientas que muchos rookies; menos repeticiones bajo fuego hasta ahora.

Aún así… tiene esa habilidad rara de leer pases durante transiciones como un gran maestro de ajedrez que saltó secundaria.