Preparación de Chelsea: Crisis en 2 semanas

El reloj corre

No hay tiempo para recuperarse tras el esfuerzo mundial: si el Chelsea llega a la final del Mundial de Clubes en febrero, tendrá solo dos semanas antes del debut en la Premier League.

Dos semanas entre gloria global y lucha doméstica. Un descanso mínimo, sin ritmo ni tácticas.

Maresca habla claro

Enzo Maresca no se cortó: “Necesitamos al menos tres semanas”. No dos. No una semana y media. Tres.

Y tiene razón: ¿cómo esperar que un jugador recupere energía tras un partido decisivo para competir al máximo en menos de 14 días?

Recuerdo partidos improvisados en Chicago donde salías sudando… y aún así te llamaban para otro juego antes de cenar. No era diversión: era supervivencia.

Ahora imagina eso en el escenario más alto, con entrenadores pidiendo recuperación mientras los técnicos gritan “ganar ya”.

La trampa de Londres

Y empeora:

• Semana 1: West Ham (fuera)
• Semana 2: Fulham (casa)
• Semana 3: Brentford (fuera)
• Semana 4: Crystal Palace (casa)

Cuatro derbis londinenses en cuatro semanas. No es fútbol… es estrés emocional.

Ni siquiera hay tiempo para recuperar después del viaje hasta el 20 de septiembre, cuando enfrenten al Manchester United. ¿Cómo no acumular presión?

Más allá del fútbol – Un problema sistémico?

Esto no es solo sobre Chelsea o la opinión de Maresca. Revela algo más profundo: un sistema que celebra torneos globales pero ignora el bienestar post-partido.

Alabamos a Messi o Mbappé por su resistencia… pero ¿cuánto han pagado? The club gana trofeos… pero ¿qué pasa cuando los cuerpos se rompen? Es como pedirle a alguien que acaba de hacer un maratón que corra cinco minutos después porque “la temporada empieza ahora”. No sorprende que las lesiones aumenten a principios de agosto.

Hablando claro desde donde he estado

ejercí como entrenador juvenil en mi comunidad tras clase —chicos que jugaban cada fin de semana sin descanso. No eran profesionales… pero sus piernas estaban cansadas también. The diferencia? No tenían contrato, ni jefes gritándoles, ni prensa exigiendo rendimiento. Pobres chicos se quemaron rápido —no por falta de talento, sino por falta de espacio. Pasa lo mismo aquí, al nivel elite.